Martes 13.

     Dicen que las estrellas dictan nuestro camino, que desde tiempos inmemorables, las personas han intentado a través de ellas poder adivinar lo que les depara en unos años. En esa búsqueda han tenido unas veces éxito y otras fracaso, o simplemente fue coincidencia, cosa que en mi caso no es correcta. Nací en un día fatídico, un día en el que ni te cases ni te embarques. En un día en que no has de pasar por debajo de una escalera y tienes que evitar ante todo que te cruce un gato negro. Yo nací en Martes y 13, si suena cómico, pero realmente analizado el vaivén de mi vida, encuentro que no es solo una mala coincidencia sino algo que me ha marcado. No puedo seguir como todo el mundo un camino en el cual podamos estar bien sino que siempre al final todo tiene su reverso tenebroso, un lugar en donde ya nada te importa, un lugar en donde tus deseos se los conceden a quienes no se los merecen y tu te conviertes en un mero espectador.
     ¿Porque una simple fecha hace que toda mi vida sea comparable a un "via crucis"? Con esto no digo que no haya persona en una situación peor, no eso no lo digo. Pero creo que al final de mi camino llegare a estar peor que ellos, mis estrellas están estrelladas. No hay un cielo en el cual pueda guiarme, el cual pueda servirme de ayuda en los momentos mas pesados, y todo por haber naciendo un Martes y 13. No puedo dejar de pensar en esas persona que viven sin vivir y que además, viven. No les preocupa su alrededor, su persona, ni su familia. Viven en un desden de fútbol, cervezas, y falsas relaciones. Siempre me he preguntado, ¿porque la gente no se entristece al ver un árbol muerto en la rambla? Puede que no tenga tan mala suerte, sino que en realidad lo que a algunas personas no les afecta, a mi me parece como si de repente mi mundo explotase en un millón de pedacitos repartidos por todo el universo, y no fuese capaz de ir recogiendo los cada vez que destruyen mi ser. A lo mejor estoy tan cansado de recomponer me una y otra vez que simplemente me dejo arrastrar río abajo hacia las cataratas de la auto-destrucción, y eso no es mala suerte... Pero realmente, ¿podría salir a flote después de tantas y tantas caídas, explosiones y re-composiciones? Martes y 13, esa es mi cruz, mi lazo con el maligno que me susurra al oído lo que he de hacer y yo le obedezco o sera otro el que me dice lo que he de hacer y hago lo contrario por que nací en Martes y 13.
     Mi camino va cuesta abajo y no tengo frenos, miro como los demás consiguen estar mas afrontados a la realidad de sus vidas y yo cada vez me aferro mas a la verdad de mi caída. Una caída en la cual no hay un salvavidas, ni una rama a la que agarrase. Un lugar en donde poder reposar mientras poder observar que la vida esta en lo alto y que tu algún día fuiste feliz, que tuviste la felicidad al alcance de tu mano pero que fuiste incapaz de mantenerla que se escapo de la palma como lo hace la arena del desierto de tu emociones. Cuando no sabes que es lo que te espera siempre estas emocionado, esperando ansioso que se te abra la puerta al otro lado para así poder ver que es lo que viene o a lo que vas. Pero estando en caída libre cada vez esta mas cerca el suelo y sabes que te queda poco para convertirte en tierra, porque tierra somo todos y cada uno de nosotros. A mi me recordaran como aquel que nació en Martes y 13, aquel que la vida le arrastro a lo mas profundo de la fobia personal, al odio a su propio individuo. Aquel que consiguió ser feliz y de repente lo perdió todo, pasando a ser una sombra de lo que algún día quiso llegar a ser.
     Las estrellas guían mi camino, un camino hacia el agujero negro de la vida, un lugar en el que entras y ya no puedes escapar. Un lugar en donde ni la luz, la mas pura de las cosas, la luz de las estrellas no puede escapar de ese fenómeno. ¿Porque no podemos escapar si todos somos polvo de estrellas? Quiero creer que detrás de ese agujero negro hay algo mas, que puede, detrás de el estar la solución a todos los problemas, porque si yo tuve que nacer en Martes y 13 alguien tubo que nacer al día siguiente y disfrutar de todo lo que yo he perdido y desaprovechado.

Las estrellas guiaron mi camino, me condujeron a ti, mi tierna y dulce soledad.