Flores, floras y floreros.

La fuente de la eterna juventud, el mantenerte tal y como eras y no como fuiste. Ya no eres el o la joven, de chupa de cuero con parches de grupos que ni conocías el nombre. Ya no tienes como objetivo, llegar cada fin de semana a tu casa a las tantas de la madrugada, ya no te hace gracia levantarte una mañana con resaca. Ya no soportas la música a toda pastilla en tu walkman, ahora ipod. No tienes ganas de salir por ahí a ver con quien te enrollas o de quien te enamoras. Ya no tomas café para notarte mayor, si no para poder llegar al trabajo. Ya no miras las series de estudiantes ni tías o tíos buenos, ahora miras House o Mujeres desesperadas. No pones los 40 porque te gusta mas cadena 100. En tu carpeta ya no hay las frases de tus amigos, hay el logo y el slogan de la empresa donde trabajas tu o tu pareja. Ya no gritas al aire al sentirte libre porque temes molestar a alguien.

En la barra del bar, levanto la cabeza, miro el relog, y le digo al camarero que me de la cuenta. Ha llegado la hora de salir, de este oscuro bar, para adentrarme en la vida que hay fuera.

Vuelvo a la música.