Estrellas

Mantengo la mirada hacia el cielo estrellado de esta noche de verano. En una mano mi cigarro consumido por el tiempo, en la otra un baso con un toque de hielo y un poco de alegría con sabor a roble. Con la mente en blanco y la mirada perdida en las estrellas, en esa lejanía tan cercana y a la vez fría. Es como la canción de cuna que nos cantaban de pequeños, recordamos el calor de su tono pero perdemos la letra de ella. Intento recordar la última vez que me pude para a mirar el cielo con la tranquilidad que ahora me rodea, sin ningún tipo de prioridad que me detenga ha hacerlo. Sin ningún tipo de de deber que me acorrale contra la pared de mi propio tiempo. Ahora solo estoy yo el cielo y mis dos acompañantes en cada mano, los cuales en breve me dejaran también. Hay cientos de estrellas en el cielo y ya nadie se para a verlas, ya nadie espera poder aprender algo de ellas, tan inmutables en el cielo desde el principio de los tiempos. A veces sueño que una baja hasta a mi solo para contarme como es la vida en el cielo y me arrastra hasta el, y yo sin ningún tipo de repara me dejo llevar hasta ese cielo infinito, de infinitas estrellas, de infinitas luces que surcan la noche solo para dejar paso al alba y al sol al día siguiente. Subo con esa estrella viajo a través de las galaxias, de los universos, del tiempo, todo ello unido por el infinito ir y venir de los sucesos que ya ha sucedido y que volverán a suceder. De los errores, de los aciertos, de las fantasías, y de las realidades que nos hacen aprender en el día a día. Me siento como el astronauta que viaja por el tune del tiempo y vuelve hasta su primera forma en el lugar de donde todos venimos y de donde a todos nos han arrancado. Doy una calada mas a mi cigarro y veo como el humo se forma delante de mi como una nube en un cielo de verano, una de esas de las que piensas que te recuerdan alguna forma especial. Alguna de esas que hacen que te sientas mas vivo, mas feliz... Sigo mirando ese cielo y pienso en caminar por esas playas de arena fina y blanca, de infinitos surcos creados por las olas en su va y ven de movimientos armoniosos y naturales que aun el hombre no ha podido modificar. En fin creo que por esta noche ya me he dejado llevar suficiente de nuevo por la imaginación, por las emociones y por la memoria, volveré a mi día a día, a mi caminar entre los demás, mientras espero que realmente un día baje esa estrella y me rescate y pueda por fin regresar a ese cielo lugar donde nacen los sueños y las alegrías.

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